sábado, 24 de octubre de 2009


Una parte de mi te quiere escupir la cara,
pero otra parte de mi te quiere patear la cabeza.
Y que duela, que duela, que duela como duelen los domingos para mí.
Pájaros vuelan en mi cabeza. No cesan, me pesan y dejan la nada.
Esa sonrisa que abre tu puerta, no empieza, no deja de esquivar mi cara.
Una parte de mí te quiere dar un beso,
pero otra parte de mí te quiere llevar a la cama.
Y que duela, que duela, que duela como duelen las mañanas para mí.
Una parte de mi te quiere como nunca quiso, pero otra parte de mí te quiere como siempre hizo.
Y que duela, que duela, que duela como duelen las mentiras para mí.

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